Las mutuas de accidentes de trabajo se han convertido en el nuevo quebradero de cabeza de los centros sanitarios privados. Si el mercado hospitalario y de clínicas sanitarias ya vive una época revuelta por la inminente subida del IVA sanitario en 2015, la nueva ley de mutuas ha vuelto a soliviantar al sector. Con el proyecto de ley aprobado el pasado 25 de julio, se da la posibilidad al sector de las mutuas de accidentes de trabajo de entrar en el mercado sanitario privado como un operador más. O al menos así lo entienden los hospitales privados,que por medio de sus dos principales interlocutores, la Federación Nacional de Clínicas Privadas (FNCP)y el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) ya han mostrado su rotunda oposición al Ministerio dé Empleo por el nuevo rol dado estas entidades.
A partir de ahora, las mutuas podrán contratar asistencia con aseguradoras privadas de salud, así como concertar con el Sistema Nacional de Salud, Los hospitales y clínicas consideran que estos dos hechos son «gravemente perjudiciales» para la sanidad privada. El objetivo del Gobierno al aprobar la nueva ley era conceder a estas entidades una mayor capacidad de intervención en las bajas médicas por enfermedad común con el objetivo de reducir el absentismo laboral injustificado.
Sin embargo, con la nueva ley también se ha abierto la posibilidad de que las mutuas comiencen a colaborar con la Sanidad Pública asumiendo pruebas o tratamientos médicos, algo a lo que se oponen frontalmente las clínicas privadas. Los centros sanitarios aseguran que se consolidaría una práctica que yahan denunciado anteriormente a la Comisión Nacional de Mercados y Competencia y a la propia Secretaría de Estado de la Seguridad Social: la contratación de los medios de las mutuas para descongestionar la Sanidad pública.
Ante esta medida, la federación de clínicas privadas considera quesí no se establecen por ley los precios a los que concertarán las mutuas con los servicios de salud públicos, «existe la posibilidad de que esta concertación se realice por debajo de los costes reales de esta asistencia, puesto que las instalaciones,equipamientos y personal de las mutuas están financiadas por empresas asociadas y trabajadores protegidos a través de cuotas de la Seguridad Social».
Competencia desleal
Sobre la posibilidad de que estasentidades puedan contratar asistencia con entidades aseguradorasprivadas, la patronal de las clínicasprivadas entiende que acarrearía laentrada en el mercado de asistencia sanitaria privada más de 400centros, 21 de ellos hospitales, «quecuentan con privilegios fuera delalcance de los complejos sanitariosprivados, como la exención tributaría absoluta y la financiación víacuotas a la Seguridad Social» algoque, para este organismo, «distorsionará gravemente el mercado,causando un gran daño a la librecompetencia».
Esta situación, añaden, daría unasituación de preferencia a las mutuas, ya que estos centros «están ensu mayoría amortizados vía cuotasy, dadas sus ventajas legales, la libre competencia entre los centrossanitarios privados resultaría muyperjudicada, ya que ninguna clínica podría igualar las condicionesde las que parten las mutuas».
El Economista
21 de Agosto de 2014