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Cuando un trabajador -con un sa­lario de 32.000 euros anuales- que hoy tenga 45 años se jubile en 2034, su pensión equivaldrá al 61% de su último sueldo. Esto su­pondrá ocho puntos menos que antes de la última reforma de pen­siones de 2013, según han calcu­lado los expertos de Tower Watson. Este recorte equivaldría a una pensión aproximadamente un 14% inferior por el impacto de los nuevos factores de sostenibilidad y revalorización.

El número de pensiones que públicas que paga la Seguridad Social pasará de los actuales 9 millones a 15 millones en 2052, según previsiones oficiales. Este incremento no se verá acompañado de un aumento del número de personas que estarán cotizando entonces para pagar esas pensiones, sino todo lo contrario. Las últimas proyecciones de población conocidas el martes indican que en 2029 el 25% de los habitantes en España tendrá más de 65 años y en 2064 los ciudadanos que superen esa edad serán cuatro de cada diez. Esto queda muy lejos de un sistema de pensiones de reparto sostenible que exige, como mínimo, dos cotizantes por pensionista.

Esta situación fue la que llevó a la última reforma de pensiones de 2013, en la que se crearon dos factores de ajuste del gasto. Por un lado el factor de revalorización que liga la evolución de la actualización anual de las pensiones a la marcha de la economía y del número de cotizantes y, por otro, el factor de sostenibilidad. Este último recortará las nuevas pensiones que surjan a partir de 2019 en función de la esperanza de vida: a más esperanza, mayor recorte y viceversa.

Pero ¿de cuánto será este ajuste? La consultora Tower Watson ha hecho varias simulaciones con distintos niveles salariales y ha concluido que solo la última reforma recortará el ratio de sustitución (porcentaje del último salario que representa la pensión pública) hasta ocho puntos.

Así, según la casuística elaborada por esta consultora, un trabajador que ahora tenga 45 años, se jubile a los 65 años tras haber cotizado 35 años y tenga un salario anual de 32.000 euros (con crecimientos retributivos anuales medios del 3% y avances del IPC del 2%) recibirá una pensión equivalente al 61,6% de su último salario. Esto ocurrirá tras aplicar la última reforma de 2013 porque con la anterior, de 2011, habría recibido casi el 70% de su último salario. Este ajuste equivaldría a un recorte de la cuantía de la pensión del 14% aproximadamente.

Así, aunque todas las reformas de pensiones hechas desde 1985 han recortado esta tasa de sustitución, el mayor impacto se ha producido en los cambios de la ley de 2011 y 2013, ya que hasta entonces los pensionistas de rentas medias y largas carreras de cotización recibían el 90% de su último salario.

Otro efecto es el que experimentan los asalariados con mayores rentas (95.000 euros anuales, según la casuística de Towers Watson), para los que ya está topada la pensión. Estos obtenían el 31% de su último salario hasta 2011 y después han pasado a recibir el 28% y recibirán el 24,7% con la última reforma.

En esta línea, los expertos nombrados por el Gobierno para diseñar los cambios más recientes del sistema ya advirtieron en su informe que “a no ser que se lleven a cabo reformas estructurales que generen un aumento importante del número de cotizantes, la aplicación de los dos factores de sostenibilidad, dará lugar a una disminución significativa de la pensión media sobre el salario medio”.

Los próximos cambios que vienen

No son pocos los expertos que aseguran que las pen­siones deberán volver a reformarse en breve. Desde Towers Watson aseguran que “las pensio­nes públicas tendrán que seguir reduciéndose para hacerse sostenibles».

En este sentido, la con­sultora estima que dichas reformas incluirán dos cambios: la consideración de toda la vida laboral para el cálculo de la pen­sión (actualmente se está ampliando progresiva­mente este periodo de los 15 a los últimos 25 años cotizados). Y, en segundo lugar, la reducción del pe­riodo transitorio para que sea efectiva la edad de ju­bilación a los 67 años (ahora también se está ampliando progresiva­mente esta exigencia desde los 65 años y dos meses que se exigen en 2014 a los 67 años a partir de 2027).

Este endurecimiento de las condiciones de cobro de la pensión, que inclui­rán la disminución de sus cuantías, es lo que lleva a los expertos a asegurar que en el medio y largo plazo, lo que les ha ocu­rrido siempre a las altas rentas -que recibían una pensión que era una ter­cera parte de su sueldo en activo- «va a empezar a extenderse al resto de ni­veles salariales” indicó ayer Álvaro Granado, con­sultor sénior de Towers Watson.

De hecho, advirtió que debido a los futuros efec­tos que tendrá ya la refor­ma de 2013, “el Estado ha empezado a lavarse las manos, va a informar de cuál es la pensión que co­rresponderá a los trabaja­dores y que ellos decidan si ahorran”. Se refería así a la carta que empezará a enviar antes de fin de año el Ministerio de Empleo a los mayores de 50 hacien­do una simulación do lo que les corresponderá cuando se jubilen.

Asimismo, destacó el papel que tendrán en los próximos años los planes de pensiones en el seno de las empresas, a las que recomendó que “se preo­cupe más de alimentar las rentabilidades que las aportaciones para sus trabajadores”.

 

Expansión

30 de Octubre de 2014